Dándolo todo en Beijing

Los primeros días los dedicamos a pequeñas visitas y a preparar los conciertos del ISME en el hotel. Ambos conciertos se realizaron en el Centro Nacional de Convenciones de China.

El primer concierto resultó ser todo un éxito. La sala abarrotada en todo momento, incluso antes de empezar. El público de Beijing y del resto del mundo estaban entusiasmados con nuestro concepto de coral.

Sala llena momentos antes del concierto

Un momento durante el concierto

Público intentando acceder a la sala durante el concierto.

Y resultó ser un concierto inolvidable. La energía con la que entramos en escena se multiplicó a cada canción, disfrutando y haciendo disfrutar con momentos mágicos e irrepetibles. Pero aquí no quedó la cosa. El público nos esperaba al día siguiente en una sala mucho mayor (ésta primera tenía un aforo de unas 800 personas si no recuerdo mal) y con más ganas de pasar un buen rato.

Antes de comenzar nuestro concierto ya sentimos el calor del público esperándonos impacientes, aunque un torrente de aire acondicionado nos helaba mientras llegaba el momento de salir al escenario.

 
Un instante de nuestro segundo concierto en Beijing

   

 
Pose de Satin doll durante la canción.

Durante el concierto todo fluyó. Nos encontramos muy cómodos y muy arropados, lo que nos permitió disfrutar cada momento. Temas como Oh Happy Day, Satin doll, Let the Sunshine In o Andaluces de Jaén entusiasmaron al público convirtiendo la sala en una auténtica fiesta.

Pero nos esperaba lo mejor y mas inesperado. La demostración física de lo que pudimos sentir en el escenario. Montones de personas de aquí para allá para conseguir hacerse fotografías con prácticamente todos nosotros. Fotos, fotos y más fotos. Gente corriendo de aquí para allá, emocionadísimos. Bueno. Es inexplicable en realidad. Mejor subiré un fragmento de un vídeo que pudimos grabar.

Con este concierto cumplimos con nuestros deberes musicales en la capital pero, conforme somos, dimos mas de un concierto durante el resto de nuestro viaje en restaurantes, ascensores, en el metro, y en casi todos los puntos de interés turístico y adyacentes.